Cheater, oh cheater {Lizzie}

Las luces en cada uno de los pasillos estaban apagadas hacía ya un par de horas cuando un delgado haz interrumpió la oscuridad, avanzando con decisión, pero a la vez con cuidado de no ser tan obvio como para ser descubierto.

No había demasiada vigilancia a esa hora, y la poca que había estaba bien contabilizada, sabiendo sus horarios y sectores por donde las rondas pasaban, y es que ese haz de luz era emitido por una pequeña linterna que yo llevaba mientras caminaba sigilosamente, cada paso medido para hacer el mínimo ruido posible.

Así llegué hasta la sala de docentes, cuya puerta abrí con la experticia de un ladrón profesional, y me deslicé en su interior, yendo directamente hacia los gabinetes donde sabía que mis profesores guardaban sus cosas. En unos cuantos minutos más tendría las respuestas para el examen de la próxima semana.

Buen día, sin duda. Quizá muchos de los chicos que estudiaban aquí se sentían agobiados por querer evitar lo inevitable: los exámenes. Y esque la mayoría del año me sentiría algo extraña por pertenecer a Gellen, pero justo ahora me consideraba afortunada por no tener que partirme la cabeza estudiando un día antes. Perfecto ¿No?

Así podía tomarme la libertad de pasearme por dónde fuera sin temor a ser regañada. Llevaba una clase de lámpara mini, de esas que todos usabamos cuando pequeños. Los guardias hacían sus rondas por allí, o al menos eso creí cuando logré distinguir una luz que se dirigía al salon de maestros.

Hacía rato que no hablaba con Alana, y si no era con ella, con nadie. Así que no estaría mal charlar aunque fuese un poco con quién-sea que estuviera por allí. Seguí a eso que iluminaba el pasillo, y ladeé la cabeza extrañada cuando perdí de vista al guardia. Entonces noté que la puerta del salon de docentes estaba algo entreabierta. ¿Eso era legal? Bien. Si no lo era, no importaba. Yo ya me encontraba adentro. Siguiendo la pista del trabajador escolar que irrumpía en lugares que no debía.

Un montón de libros sobre Antecedentes Penales y Casos Procedurales (?) se apilaban en el gabinete del profesor en cuestión, y recién debajo de todos ellos se encontraba una carpeta que era la que contenía las hojas donde se daban las respuestas a las preguntas del examen. Por supuesto, no iba a sacarlas sin más, que sino todo el esfuerzo habría sido en vano.

No, para eso tenía una cámara digital con buena resolución y la ayuda de la linterna, así que fui sacando fotografías y ya estaba guardando la carpeta cuando una luz que no era la mía iluminó la sala. Demonios, ¿me habían pillado los guardias.

Me giré lentamente, mientras intentaba pensar alguna excusa que no incluyese vaporizar a mi interlocutor.

Ohh. No pude evitar mostrar una expresión de disgusto ante la persona que se encontraba ante mí. Un WRATHED. Y sí, a pesar de que no soy muy dada a odiar, esos chicos y yo no combinamos. ¡Se creían lo más y eran tan poca cosa! Simplemente me daba coraje cruzarme con alguno de ellos. Y era tan sencillo reconocerlos, que aún con la ligera luz de mi linterna alcanzaba a apreciar ese aire de superioridad y suficiencia.

Rodé los ojos. Estaba dispuesta a dar media vuelta y alejarme de allí, él chico no valía la pena. Pero entonces decidí jugar un poco. ¿Que perdería? El tonto no me conocería, podía hacer lo que se me viniese en gana sin problema. Me acerqué lentamente a él, parecía algo sorprendido con mi llegada al lugar.

Cuando nos separaba apenas un metro de distancia, logré ver en su mano una cámara -de esas que toman hasta a San Juan de las Pepitas desde el monte- y luego un par de hojas blancas. Epic Fail. Esas hojas podían llamarse "examen de la próxima semana".

¡MALDITO! Tenía que ser un cabeza hueca que tiene que copiar en los exámenes. -Que patético.- Musité con algo de enojo. Odiaba eso de que ganaran buenas calificaciones gratis, mientras que yo pasaba mi vida estudiando con tal de cumplirle a mis padres. Parecía que me había delatado, porque la mayoría de las personas me conocían por ser una buena alumna. Aunque sabrá el de allá arriba si éste chico era tan...argg, que no sabía lo que era estudiar y ser como yo.

La luz que despedía la linterna de quien me había sorprendido, probablemente una parecida en el modelo a la mía, no me permitió ver quién era en un principio.

El desconocimiento no duró mucho, de todas maneras, que se acercó, y el ángulo del haz cambió, emitiendo la suficiente luminosidad periférica como para que pudiera observar su rostro, y entonces la sorpresa vino al darme cuenta de que se trataba de nada menos que Elizabeth, esa chica que, a pesar de ser una nerd con todas las letras, no podía dejar de llamarme la atención, incluso más allá de su apariencia física. Aún así, siendo ella quien era, y provocándome las reacciones que me provocaba, no estaba dispuesto a dejarlo traslucir tan fácilmente. Después de todo, no era más que una humana. Especialmente al ver esa expresión de enojo mezclado con ¿superioridad? ¿De parte de ella?

-¿Patético?- dije, con sorna. -Está lejos de ser patético- que patética era su raza, tan débil e insignificante. Fui guardando las cosas con calma, sin apuro, pues incluso de llegar alguien más, ahora tenía la excusa perfecta.