# A little bit of swim {Ian}

Me terminé de desvestir, quitandome el pantalón que traía puesto. Noté lo nervioso que se había puesto, por lo que reí por lo bajo. Hace algún tiempo no veía a Ian, hace un tiempo no veía una de mis debilidades, sus ojos. Siempre he tenido, tengo y tendré una maldita debilidad por los ojos de colores vivos.

Troté para llegar rápidamente a la piscina, gracias a las tecnologías que tiene la universidad, ésta era una de las que mantenía su agua tibia, por lo que entrar no se vió muy difícil. - Eso es lo mejor.- Le comenté con una sonrisa. Lo miré unos segundos, y me lanzé con las manos por encima de la cabeza, haciendo uno de esos típicos clavados.

El agua se movía turbulentamente, y yo sólo reía en mi interior por como él reaccionaba. No lo asoció conmigo, por lo que supuse que no le había contado, entonces, no tenía la más mínima idea.

Yo sólo miraba el agua, haciendo algún tipo de dibujo, cuando de la nada apareció él, abrazándome al instante. Sentí algún tipo de cosquilleo en el estómago a decir verdad.. Sobre todo al ver más de cerca sus llamativos ojos. - No lo sé, pero.. ¿Tienes miedo?..- Pregunté arqueándole una ceja. Noté que estábamos bastante cerca, y al hacer la pregunta, me alejé un poco, y ví como nuestras narices se rozaron un poco.

Al estar bastante cerca de él, pude notar con más seguridad cuando se ruborizó, pude sentir como el calor de su cuerpo aumentaba, aunque estuviésemos en agua. - Claro.. ¿Qué le pasó al nadador estrella?.. Vamos, ¡Arre!..- Bromeé moviendo las piernas para pergarle ligeramente a la altura de las caderas. Luego suspiré y besé su mejilla. A decir verdad tenía una linda amistad con Ian, y aunque quisiera en el interior de mi ser besarlo, era un riesgo que no tomaría por quebrantar nuestra amistad.

Me aseguré con una mano, rodeándolo por un poco más abajo de cuello para no asfixiarlo. Con la otra, comenzé a hacer que la corriente se dirigiera exactamente a donde estábamos, para no perder minuto alguno. Sabía perfectamente que nos hundiríamos en el agua, pues realmente era intenso, pero quería probar su resistencia.

Realmente parecía una persona muerta en sueño. Ni yo lo creía. Cerré los ojos y me dejé cargar por él, y adoré esa preocupación que tenía por mí. Nunca nadie antes lo había hecho, y los chicos que lo hacían esperaban algo a cambio.. Sentí un frío espantoso al salir de la piscina, pues el agua estaba tibia y afuera, en pleno invierno, no era lo más agradable..

Sentí como poco a poco me dejaba en un banco, con una delicadeza que sólo un caballero podría tener. ¿Me quería? Bueno, supongo que como una amiga, pues eramos realmente cercanos, pero quizás, algo en el tono de su voz me hiso repensarlo.. ¿Me querría como algo más? Comencé a sentir un poco de mariposas en mi estómago, algo nerviosa, pero sin moverme.. Quería saber en cierto punto, hasta donde llegaría esto..

Dentro de mí no podía dejar de sonreír, pues sentía las respiraciones de Ian, soltando aire como de enfadado, preocupado, o que se yo. Realmente tenía frío, y estaba que terminaba esta farsa para poder abrigarme, y como él no emitía palabra alguna. Sentí como poco a poco se acercaba.. Lo cual realmente me pareció extraño, y al final no era nada de otro mundo, y en uno de sus gestos tan amables y preocupados, me tapó con otra toalla. Me moví un poco, y sonreí, pero luego volví a mi posición anterior.

Sentí nuevamente que se acercaba a mí, y no se me pasaba alguna cosa por la cabeza.. ¿Quizás una almohada? ... Para mi sorpresa, no fue nada parecido. Entre abrí los ojos un poco, al notar que nuestros labios encajaban perfectamente. ¿Podía ser que él gustara de mi? No, no podía ser, era una de las personas de quien nadie gusta para algo sentimental, si no algo más carnal.. Abrí mis ojos al separarnos, pues fue uno de esos tiernos besos. Me quedé mirándole curiosa, esperando que dijera alguna palabra que explicase lo anterior.

Lo traté de mirar lo más comprensibamente posible.. Pues sabía como era y sé que se podría nervioso.. Sin moverme del lugar, escuché atentamente las palabras que salían de su boca. ¿Primeros Auxilios? Que excusa más boba, reí en mi interior, pero también era adorable. Sonreí de lado y lo miré. Llevé una mano a su mejilla y lo acaricié, luego llevé un mechón de pelo hacia atrás. y volví a mi posición inicial.

- Que excusa más mala, Ian..- Reí. - ¡Oh! Espera, tienes manchado ahí..- Bromeé, pero en ese instante, me acerqué a él juntando nuestros labios de nuevo, para darnos un dulce beso.